Este artículo es una mirada a una posibilidad latente del cuerpo humano, tomando como base los descubrimientos de G.I Gurdjieff.
Desde que somos pequeños siempre hemos escuchado la palabra alma como un aspecto inherente al ser humano. En la religión católica por ejemplo, se da por hecho que los seres humanos ya tenemos alma y que esa alma una vez descarnada del cuerpo físico debe buscar la luz del señor. Lo cierto, es que sobre el tema abundan teorías que podemos diferenciar en dos categorías: Las que afirman que las personas tienen alma y las que afirman que el ser humano no la tiene, pero nace con la posibilidad de conseguirla. El presente escrito se centra en la segunda categoría.
Gurdjieff, sin anestesia
Gurdjieff afirmaba que el ser humano no tiene alma. Que la naturaleza lo desarrolla hasta cierto punto y como tal puede vivir y morir sin desarrollar en modo alguno el alma y en el momento de su muerte desintegrarse en la atmósfera terrestre. La única alternativa de sobrevivir a la muerte es tener plenamente desarrollado un alma y este logro debe alcanzarse mientras estamos vivos utilizando las posibilidades inexploradas de nuestro cuerpo físico. Lograr tener un alma es obtener la salvación o “la vida eterna”. Alcanzar esta meta, fue la obsesión de los seres humanos de antaño y para ello idearon una serie de indicaciones, ejercicios y modos de vida que serian conocidos como religiones.
Estimado lector, si le interesa el tema de los orígenes de la religiones según Gurdjieff, lo invito a que lea el libro “Relatos de Belcebú a su Nieto ”. Antes de ver el link, déjeme contarle algo. Gurdjieff escribió este libro con la plena intención de hacerlo difícil de leer. Además de inventar toda clase de términos, el autor empieza explicaciones que deja incompletas para luego seguirlas varios capítulos después o promete terminarlas y nunca lo hace. Es quizás, uno de los pocos libros donde el autor provoca en el lector un esfuerzo consciente para dilucidar su contenido. Sabiendo esto, ahora si abra el link o busque los libros en Google.
Estimado lector, si le interesa el tema de los orígenes de la religiones según Gurdjieff, lo invito a que lea el libro “Relatos de Belcebú a su Nieto ”. Antes de ver el link, déjeme contarle algo. Gurdjieff escribió este libro con la plena intención de hacerlo difícil de leer. Además de inventar toda clase de términos, el autor empieza explicaciones que deja incompletas para luego seguirlas varios capítulos después o promete terminarlas y nunca lo hace. Es quizás, uno de los pocos libros donde el autor provoca en el lector un esfuerzo consciente para dilucidar su contenido. Sabiendo esto, ahora si abra el link o busque los libros en Google.
Para Gurdjieff el cuerpo humano puede entenderse como una maquina capaz de transformar sustancias provenientes de los alimentos y convertirlas en sustancias refinadas, que al lograr la densidad requerida, forman los cuerpos eserales superiores o como los conocemos nosotros con el nombre de Cuerpo Astral y Cuerpo Alma.
Unificando hasta ahora lo que hemos dicho, el ser humano completo debería estar compuesto de:
• Cuerpo Físico
• Cuerpo Astral
• Cuerpo Alma
La naturaleza ayuda hasta cierto punto, el único cuerpo que se forma por completo es el cuerpo físico, los demás permanecen por lo común en estado embrionario. El deber de nuestra vida, si es que somos unos apasionados por la supervivencia, es encontrar la forma de producir en nosotros las partes que nos faltan.
La llave
Una y otra vez, Gurdjieff atribuye la formación de los cuerpos eserales superiores o cuerpo astral y cuerpo alma, a los esfuerzos conscientes y los sufrimientos voluntarios. Estos dos factores, se muestran como el componente desequilibrante de nuestra situación actual. La formación de los cuerpos faltantes, se produce gracias a una confrontación interior que sucede por la interrelación de tres fuerzas.
El Cordero, el lobo y el barquero
Todo comienza entonces en el cuerpo físico. Al ser un microcosmos, el cuerpo está construido a semejanza del creador que representa al macrocosmos. El macrocosmos esta constituido por tres fuerzas que se interrelacionan en el proceso creativo, las cuales son:
• Fuerza afirmación
• Fuerza negación
• Fuerza conciliadora
El cuerpo humano al ser una representación a escala del universo, también tiene la posibilidad de interrelacionar estas tres fuerzas. En el cuerpo físico, se caracterizan así:
• Fuerza afirmación (cabeza)
• Fuerza negación (columna vertebral)
• Fuerza conciliadora (Plexo solar y pecho)
Los Centros
Al igual que en el cuerpo humano están representadas las tres fuerzas del universo, estas corresponden a su vez a tres facultades del cuerpo físico. Gurdjieff afirma que el ser humano esta compuesto por tres centros. Los centros corresponden a las funciones Intelectual, Emocional y Motriz. En el cuerpo físico, se caracterizan así:
• Centro Intelectual (cabeza) (fuerza afirmativa)
• Centro Motor (columna vertebral) (Fuerza negativa)
• Centro Emocional ( plexo solar y pecho ) (fuerza conciliadora)
La Lucha en nuestro pecho
Según Gurdjieff, el ser humano debe buscar deliberadamente el enfrentamiento entre su partes afirmativa y negativa. Tal enfrentamiento consciente debe conciliase produciendo sustancias sutiles que ayuden a la formación de los cuerpos Astral y Alma respectivamente. La confrontación de fuerzas al interior de nuestro cuerpo se provoca gracias a los esfuerzos conscientes y los sufrimientos voluntarios, dos términos que nos acompañan a lo largo de los 48 capítulos del libro Relatos De Belcebú a su Nieto.
• ¿Qué función cumplen los alimentos en este proceso?
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